lunes, 18 de agosto de 2008

Le FaLTa eL PuNTo a La I...

("yo lo arreglaré!!!"... El policía de la Bazuca de Locademia de Policía en dibujitos animados dixit).

No soy yo quien descubra el papel ascendente de la mujer en la sociedad. Desde tiempos remotos la mujer fue excluída de la vida social en todos sus aspectos. No las dejaban trabajar, hasta que lo lograron; más tarde aparecieron las primeras escuelas, pero ellas no tenían derecho a esa educación, hasta que lo lograron; también apareció la democracia y con ella el voto, pero ellas no lo tenían permitido, hasta que lo lograron (y no voy a caer en el chiste fácil de decir que más tarde se crearon los autos, y que ellas no podían manejar, y que hoy día lo siguen intentando).

A medida que pasan los años, las décadas, los siglos, la mujer va adquiriendo más protagonismo en todos los aspectos, ya no son solo "madres" y "amas de casa", ellas mismas lucharon desde muy abajo para hacerce un lugar en la sociedad, y lo lograron casi al completo. Todavía les queda un tramo por recorrer, y yo vengo a darles un empujoncito.

La iglesia siempre dejó a la mujer al margen. Down Brown explica en “El Codigo Da Vinci” como la iglesia excluyó siempre a la mujer, a partir de María Magdalena en adelante, difamándolas, dejándoles un papel ni secundario, casi nulo en la sociedad. Explica muchos “trucos y artimañas” mediante los cuales siempre la dejó mal parada. Sin embargo, la mujer luchó, lucha, y la situación va cambiando, apuesto que algún día una mujer será Papa (Ej: María Luisa 3ra).

Que les voy a contar yo a los argentinos sobre el poder que va tomando la mujer, si uno de los mitos más grandes del país se llama Evita, si después la puta de Isabel (y no es un decir) también logra llegar a ser presidenta, y actualmente gobierna una que “no es solo una cara botina”, además es una chorra, igual que todos los hombres que la precedieron.

Por España, hay varias mujeres políticas, pero según dicen las encuestas, no existe todavía la igualdad entre ambos sexos. En las campañas presidenciales todos los candidatos vendían en sus propuestas “200.000 puestos de trabajos para mujeres”, “inversiones para la mujer trabajadora”, y algunas pelotudeses más; según dicen, las mujeres cobran menos y les cuesta más conseguir trabajo (consejo personal: ponganse escote para las entrevistas).

Sin embargo, a pesar de felicitar y apoyar su lucha, creo que a veces se pasan de la raya, y que la sociedad por no parecer “discriminadora” termina por concederle cosas que no se merecen. Una acción llamada “discriminación positiva”.
Un ejemplo se dio no hace mucho dentro del tenis. Las jugadoras, en busca de la igualdad, reclamaron a la ATP y a todos los organizadores de torneos, la misma cantidad de dinero en premios que los hombres, que hasta ese momento era inferior en el cuadro femenino. Argumentaban que no tenía por que haber diferencia, que las estaban discrimando, que tienen el derecho de tener los mismos ingresos que los hombres. (como si las jugadoras del equipo de fútbol femenino de Boca quieran ganar lo mismo que Riquelme). La ATP, por no quedar en un posición “discriminadora” (es mi opinión), cedió ante el pedido de las jugadoras y obligó a los organizadores a entregar la misma cantidad de dinero. Cabe aclarar que en varios torneos los hombres juegan al mejor de 5 sets y las mujeres al mejor de 3, que una reventa de una entrada para una final de cualquier torneo, cuesta el triple si es para el partido de hombres, y que las publicidades pagan mucho más en las televisaciones de caballeros que en damas. Por algo todo el mundo sabe quienes son los 2 mejores tenistas acutales, pero nadie conoce a ninguna de las TOP 10 del ranking femenino. Los hombres generan más, y juegan mucho más tiempo, mayor esfuerzo, sin embargo, la discriminación positiva hizo que ganen la misma cantidad de dinero.

Otro ejemplo puede ser el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. ¿Por qué los hombres no tenemos? Este día es parte de su lucha, pero si tan iguales quieren ser, o bien deberían elegirnos una fecha para nosotros, o bien borrarlo del calendario.

Son los problemas de la gente que con la bandera de la igualdad, busca sobrepasar al otro.

Pero yo dije que venía a ayudarlas, no a criticarlas. Y si mi propuesta es aceptada y apoyada por los lectores y las lectoras, precentaré un boceto a la Real Academia Española.

La letra cursiva del párrafo anterior no fue un descuido. Desde hace un tiempo, las mujeres se sienten excluídas en los plurales mixtos, e intentan resaltar la presencia femenina de la misma manera que lo hice yo, agregándose en la oración. Desde ya que es un problema de las mujeres de habla hispana, ya que en inglés por ejemplo, no tienen ese problema. Una persona que tabaja es “a worker”, sea hombre o mujer, sin hacer diferencia entre “un trabajador” y “una trabajadora”.

Y no es que los hombres no las querramos nombrar, simplemente que quien haya inventado el idioma y las reglas gramaticales dijo que: “a los grupos de personas integrados por hombres y mujeres se los denominará en su conjunto con el término correspondiente al plural masculino”. En algún lugar tiene que decir algo así. Por eso, un grupo de docentes hombres, son “profesores”, un grupo de docentes mujeres son “profesoras”, pero un grupo de docentes hombres y mujeres son “profesores” (plural maculino).

Las mujeres se sienten excluidas, y luchan para cambiar esta regla discriminadora. Por eso últimamente se puede escuchar o leer los grupos por separado, “profesores y profesoras”, “abogados y abogadas”, “lectores y lectoras”. Es más, la ministra de trabajo española en uno de sus discursos se refirió a los senadores (y las senadoras) como “miembros y miembras del senado”. A simple vista parece algo normal, pero si buscamos en el diccionario no vamos a encontrar diferencia alguna entre los sexos, sea hombre o mujer, se dice “miembro”, por lo que debería haber dicho, dentro de ese feminismo, “los y las miembros”.

Ellas tienen ganas de cambiarlo, pero en terminos judiciales, no existen las bases legales para llevarlo a cabo. Pero si todos nos pusiéramos de acuerdo, creo que podríamos solucionar el problema. Empezó como un chiste entre amigos, y hoy día a veces lo seguimos utilizando. Cambiar la ultima vocal de la palabra le cambiaba el significado por completo, significaba exactamente lo contrario. Y la vocal utilizada era la “i latina”. Aquí les va una charla común entre nosotros:

X: - ¿Que tal estuvo la fiesta de ayer?

Y: - Estuvo “bueni”, pero me agarré una mina “re lindi”.

Que traducido es: Estuvo malísima, pero me agarré a los besos con un bagarto.

Mi propuesta es exactamente la misma. La letra “i” es ideal para los prurales mixtos. No solo estaríamos usando solo una palabra (como corresponde), sino que las mujeres se sentirían incluidas en el relato, y todis lis oyentis y lectoris sabrían que se trata de grupos mixtos. Sin resaltar a ninguno de los dos bandos.

Un grupo de docentes hombres, son “profesores”, un grupo de docentes mujeres son “profesoras”, pero un grupo de docentes hombres y mujeres son “profesoris” (plural mixto). Y asunto terminado.

Señoris lectoris, si la propuesta les agrada, todis juntis podemos analizarla más a fondo para crear las bases gramaticales correspondientes, y de esta manera lograr un idioma más justo e integrador, que es lo que todis “queremis”.

1 comentario:

Marioca dijo...

jaja! me mató el dixit del principio (ni hablar de doble veinte).
Muy original tu propuesta. Aunque si le buscamos la vuelta, los hombres somos los discriminados, ???Por que tenemos que prestar la letra "o" para referirnos a un conjunto de hombres, o a un conjunto de hombres y mujeres??? Ellas en cambio tienen algo que les pertenece solo a ellas!!! estan invadiendo nuestra jurisdicción.
Hablando en serio, soy un creyente de que la mujer esta en desventaja, y lamentablemente la naturaleza atenta contra la igualdad: al hombre la reproducción le lleva 5 minutos y a la mujer 9 meses, y su vida reproductiva es más corta que la del hombre.

Un abrazo.